Como ya hice en 2012 cuando de cumplieron mis 30 años de carrera profesional llevando a cabo una versión para actor de “La voz humana” de Jean Cocteau, he querido afrontar otro monólogo para ésta nueva celebración. Pero debía de ser con una propuesta que estuviera a la altura de tal celebración, que dentro de esta profesión es ya todo un logro; y, por supuesto de mi trayectoria y madurez interpretativa.

Fue entonces tras barajar muchas posibilidades de propuestas  y textos fué cuando un joven y talentoso director, Felipe Romero. me habló de la vida de Nijinsky y me cautivó de inmediato la idea de plasmar sobre un escenario los los pensamientos de su existencia del que se le denominó como dios de la danza. Todas sus , incertidumbres, excentricidades, miedos… muy cercanos e identificativos que sirven de envoltorio para mis propios diarios escritos a lo largo de mi carrera que son la base del espectáculo.

Miedo del artista a ser olvidado, a olvidar las herramientas certeras para ejercer la pasión que te lleva a enfrentarte a un público. Ha dejar de existir como tal. Y perderte por los laberintos de la memoria.

A eso se une una forma nueva de afrontar un trabajo interpretativo que no está basado en un texto teatral como tal y una dirección fresca, nada rutinaria con la que actoralmente me motiva dejarme  en  manos de la dirección.       

                                                                                              JESUS SESMA, actor, vestuarista y atrezzista. 40 años en escena.